jueves, 8 de mayo de 2008

"Los Astros Habitados", 1895




Aunque para la mayoría de los mortales, la creencia de que pueda haber vida fuera de nuestro planeta es algo que se empezó a plantear allá por el año 1947, cuando saltan a los periódicos las primeras noticias sobre el fenómeno OVNI. Esto no así. Aquí tengo un ejemplo temprano. Un libro escrito en época pre-astronáutica acerca de la posibilidad de vida inteligente en otros mundos. Para más inri, el autor de esta obrita es un religioso católico; el Presbítero Rafael Pijoán. Doctor en Teología, Predicador apostólico y Predicador y Capellán de Honor de S.M. el Rey D.Alfonso XIII. Aunque no es el único en esta época, ni tampoco el primero ya en 1686 en Francia y en 1796 en España se publica la obra “Conversaciones sobre la pluralidad de los mundos” de Bernard le Bouyer de Fontenelle.
Rafael Pijoán hace en su primer capítulo un recuento de los autores de la antigüedad que trataron sobre el tema, y cita a Proclo, Thales, Anaximandro, Empédocles y Aristarco entre otros. Las motivaciones que llevan a Pijoan a escribir este libro las da en el prólogo. La primera dice textualmente”….estoy profundamente convencido de que no estamos solos en el Universo, sino que somos una de tantas humanidades planetarias que, dimanando de Dios, fuente eterna de vida, perseguimos por distintos rumbos un mismo fin, una misma gloria, una misma inmortalidad.” El segundo motivo es actuar contra hipótesis absurdas y doctrinas espiritistas que imperaban en la época, y que se apartaban de la doctrina religiosa que él por supuesto defendía. La verdad es que sorprende que un religioso de finales del siglo XIX se aventure con tan peligrosas opiniones y que se muestre tan abierto de mente.
En el primer capítulo se titula “El estado de la cuestión” y como he dicho antes hace un repaso de autoridades que han expresado su opinión favorable acerca de este tema y luego nos presenta los apoyos doctrinales que utiliza para llevar adelante esta teoría. En el segundo hace un breve resumen de los conocimientos astronómicos que se tienen en ese momento y en los siguientes habla de la Tierra, el hombre, el Sol, la Luna, los planetas, los cuerpos menores y las estrellas. Defiende en cada capítulo las condiciones de habitabilidad y describe sus condiciones conforme a los conocimientos de la época. En el capítulo X expone su tesis, que según el no es concluyente pero defiende a capa y espada. En un párrafo expone textualmente, “….cuando decimos mundos habitados, nos referimos naturalmente a la existencia en ellos de seres inteligentes y libres, que como nosotros nacen, crecen, mueren, se multiplican, se perfeccionan y aspiran al fin supremo que es Dios. No es esto decir que tales seres tengan en todos los mundos la misma constitución física, moral e intelectual que la nuestra, pero si semejante en lo esencial.”



El libro en si es un 8º encuadernado en holandesa y tiene 325 pags, esta impreso en Madrid por la librería editorial de Bailly-Baillere e hijos. Tanto exterior, como interiormente el libro se encuentra fatigado por el uso. Tanto el papel como las ilustraciones son de mala calidad, pero no lo restan encanto a este libro.